domingo, 19 de febrero de 2017

Prisionera de un hombre



Vaya Mata Hari que Rowan resultó ser.
Su primer intento por atrapar a Brian Turner, el playboy y mago de la electrónica, terminó en una suite de un hotel en Washington.

El segundo, la convirtió en polizón y luego en prisionera a bordo del yate de Brian. Ahora, cautiva en una cabina, Rowan, la periodista, sabía que su historia jamás llegaría a las primeras planas de los diarios. Ya no le importaba si Brian participaba en intrigas internacionales, lo único que quería era permanecer en sus brazos.

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