jueves, 18 de agosto de 2016

No quiero tu compasión



Lo que sentía por aquel hombre iba mucho más allá de la compasión y la pena.
Su sentido del deber y el deseo de complacer a su padre hicieron que Fleur Maynard accediera a emprender una misión que a otros les había resultado imposible llevar a cabo: animar a Alain Treville, un joven conde francés cuya ceguera le hacía sentir una profunda amargura que descargaba sobre los demás.

Tras pasar varias semanas a su lado, Fleur comenzó a enamorarse de él, a pesar de su arrogancia, su excesivo orgullo y sus comentarios hirientes. Tras ese tiempo, Alain se sometería a una operación y regresaría a Francia, por lo que Fleur debía olvidarlo. Pero entonces él le hizo proposición de lo más sorprendente…

La novia de Zarco



¿Por qué aquel salvaje quería apoderarse de su vida como si ella fuera un objeto?

Obligada a quedarse en Madeira, Samantha se encontró bajo la protección…  y algo mucho más fastidioso que eso, de Joao Goncalves Zarzo, el amo y señor de la isla. ¡Apenas se había recuperado, cuando él anunció con toda calma, que se casaría con ella! Parte de su ser le decía a Samantha que aquello era una locura; la otra reconocía de mala gana, su atractivo y quería aceptar. A pesar de los sentimientos que comenzaban a nacer en ella, Joao rechazó el amor que le ofrecía. ¿Qué era entonces lo que realmente quería él… y que debía ella responderle?

Esposa de segunda mano



- ¡El matrimonio y un hombre respetable serán la recompensa para una esposa de segunda mano!-


Serena tuvo que enfrentarse a la vida a los diecinueve años de edad y con una recién nacida. Por medio de un anuncio en el periódico conoció al conde Alberto de Valdivia, quien le ofrecía un empleo seguro para toda la vida: el de esposa de su nieto. Pero al convertirse en la mujer de Juan, se dio cuenta de que prefería pedir limosna antes de seguir al lado de un hombre incivilizado y arrogante al que odiaba con todas sus fuerzas.

El pecado de Carolina



Fue un terrible choque para Carolina cuando se hermana desapareció dejándole su bebé, pero se prometió a sí misma que haría lo que fuera por el  niño.  Cuando el tío del pequeño,  Domenico  Vicari, apareció para ofrecerle matrimonio y darle al niño un hogar y seguridad, sintió que no podía rehusar. Sin embargo, una de la condiciones de este matrimonio era que éste  sería  solo  de  nombre, ya que Domenico creía que Carolina era la madre del   niño.


¿Cuál sería su reacción al descubrir el  engaño?

Aventura en el Amazonas



¡Curupira… el salvaje! No era de asombrar, pensó Rebel, que los nativos de la selva amazónica hubieran dado ese nombre a Luis Manchete. Ella nunca había conocido a nadie como él: un hombre civilizado que parecía pertenecer a la alta sociedad de Brasil y que sin embargo, se encontraba en su ambiente en las profundidades de la jungla.
Rebel comprendió, cuando se encontró a solas con él en este medio salvaje, que era un hombre fascinante.

¿Seguiría siendo el Amazonas su único gran amor?

El heredero inesperado



Lady Morva Eden accedió, presionada por su familia, a casarse con el nuevo conde de Howgill. De esta manera conservaría la ancestral casa de la familia y obtendría un empleo para su hermano que había perdido el título de nobleza.

El conde de Howgill, un astuto millonario canadiense, con buena visión para los negocios, planeaba convertir la propiedad en un centro turístico lucrativo.


¿Qué pensaría Morva de esto?

Como un ángel



Cuando Cilla, su egoísta hermana, decidió no casarse con Terzan Helios, cayó sobre Angie la ingrata misión de ir hasta la isla griega donde él vivía, a darle la noticia. Pero Angie ignoraba la tragedia que había sufrido Terzan...


Y este lamentable hecho la impulsó a casarse con él sin amor. Con el correr del tiempo, llega a enamorarse locamente de él, aun sabiendo que no era correspondida. Su situación empeoró cuando Cilla volvió a presentarse en la vida de ambos, decidida a causarles todos los problemas posibles...

Bahía de los Angeles



Un hombre sin escrúpulos se valió de los sentimientos de Cherry para proteger su propia reputación.

Bon gré, mal gré… ¡Nos guste o no! El ancestral y arrogante lema de Lucien hacía eco en la mente de Cherry, cuando ella pasó a formar parte del jet set y se vio acosada por un duque mujeriego. Cherry tembló en su angelical inocencia.


Lucien despertó en ella emociones desconocidas que la inducían a responder con ardor a sus caricias.