domingo, 12 de junio de 2016

Arrebato de pasión

Kasha Lockridge -la doctora Lockridge, consejera matrimonial- tenía buenas razones para estar alarmada. Un perfecto desconocido había entrado a su oficina, la había proclamado la mujer perfecta, había anunciado que la amaba y había jurado casarse con ella.
¿Estaba loco?
Obviamente, Jeff Bannerman, ojos claros, delgado e innegablemente apuesto como era, era un caso para tratamiento, no para consideración. El entrenamiento que recibiera Kasha le había enseñado que «el amor a primera vista» era irremediablemente inmaduro.
Día tras día él reaparecía para repetir sus absurdas declaraciones de amor. Día tras día ella se volvía menos desapasionada. Beso tras beso robados iban despertando en ella apetitos y deseos cada vez más acuciantes. ¿Cuánto tiempo resistiría antes de rendirse a las fantasías y delirios de ese hombre?
¿Estaba loco? ¿O absolutamente cuerdo?

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