miércoles, 8 de julio de 2015

Una cenicienta en apuros

Se encontraba inmersa en un juego peligroso del que sólo            él podría protegerla…

Su plan para salvar a su hermano dejó a Melanie Andrews con un cadáver  en las manos,  un asesino en los talones y ningún  lugar  al  que  huir,  excepto  los  brazos  de  Roderick Laughlin.  En  cuanto  vio  a  aquel  guapísimo  hombre  en  el salón lleno de gente, Melanie supo que había encontrado un refugio.  Y  cuando  el  reloj  dio  las  doce,  Melanie  le  dio  un beso  en  los  labios  y  escapó  pensando  que  no  volvería  a verlo jamás.

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