Cuando su prima Emma pidió
su ayuda en un intento desesperado para salvar su boda, Tasha no tuvo otra
elección más que aceptar; pero el tratar de ponerle la venda a Luke sobre los
ojos era un negocio riesgoso. Él podría ser un disoluto reformado, pero eso no
le impedía mirar a una mujer atractiva, y una vez que él la vio, no fue fácil
echarlo fuera. Y de repente, Tasha no estuvo segura de querer desanimarlo.
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