El recuerdo de aquel
beso llevaba años atormentándola…
Luke McCloud era el
último hombre con el que debería haber hablado, pero Rachel Kerrigan necesitaba
la ayuda del ranchero… a pesar de que sus familias se odiaban desde hacía
siglos.
Con tal de recuperar la
tierra que los Kerrigan habían robado a su familia hacía varias generaciones,
Luke estaba más que dispuesto a convertir al terco caballo de Rachel en un
campeón. Ambos habían acordado que lo que los unía era un trato de negocios. El
problema era que Luke era el cowboy más sexy que ella había visto en su vida…
Le
había negado el derecho de conocer a su hijo…
Las
mentiras de sus enemigos habían llevado al hermano de Jessie McCloud a la cárcel
y le habían roto el corazón a su abuelo. Ésa era precisamente la razón por la
que Jessie no podía contarle a su familia que una noche el miedo la había
llevado a los brazos de un miembro de la odiada familia Kerrigan.
Aquel
encuentro de hacía cuatro años no había sido más que un breve error que no
volvería a repetirse, o al menos eso creía Zach Kerrigan hasta que volvió al
pueblo y descubrió que Jessie le había mentido. Todos en la ciudad sabían que
no se podía quitar a un Kerrigan lo que era suyo… todos excepto Jessie.
Sus familias siempre
serían enemigas… ¿y ellos?
Después de pasar tres
años en prisión por un delito que no había cometido, el cazarrecompensas Chase
McCloud prometió no volver a acercarse a los Harper, que lo habían condenado
mucho antes de que lo hiciera el juez. Pero entonces apareció la bella Raine
Harper con una proposición que debería haber rechazado: que la ayudara a
encontrar a su hermano desaparecido. Si conseguía encontrarlo, quizá tuviera la
oportunidad de limpiar su buen nombre.
Así que aceptó el
encargo, pero se prometió a sí mismo que después no volvería a acercarse a
nadie que llevara el apellido Harper, empezando por Raine.
Claro que ella también
podría cambiarse el apellido…
A
veces para guardar un secreto… era necesario mentir.
Después
de que lo dieran por muerto y lo dejaran tirado en una cuneta, Trey Harper no
tenía la menor idea de qué estaba haciendo en Granger, Montana, aunque estaba
claro que alguien quería quitarlo de en medio. Lo mejor sería mentir hasta que
recuperara la memoria. Quizá entonces supiera por qué se había convertido en el
objetivo de un asesino… y cuál era su nombre.
Cuando
aquel atractivo vaquero entró en su bar, Lori Ashworth dio por hecho que sería
el camarero que esperaba. «Troy Jones» era perfecto para el trabajo… y para
ella. Pero entonces el pasado fue en su busca y Lori se dio cuenta de que
tendría que perdonarle dos cosas. Que le robara el corazón… y que lo hiciera
con una mentira.