viernes, 10 de julio de 2015

Dulce combate

Él había encontrado la horma de su zapato

Victoria Calder tenía la oportunidad de reparar el error que había cometido doce años atrás; un error que le costó la empresa de su padre. Y, si esa oportunidad implicaba luchar contra Dimitri Markin, estaba dispuesta a hacerlo y a ponerse un anillo de compromiso.

Pero a Dimitri le gustaba ganar. Era un maestro de artes marciales que había dejado los combates para dedicarse a una vida de placeres. Y, cuando Victoria Calder le propuso un matrimonio de conveniencia, él pensó que no se lo concedería sin sacar algo a cambio. Si se casaban, sería suya en todos los sentidos.

A las órdenes del conde

La delgada línea entre la pasión y la venganza no tardó en desvanecerse
Paige Fielding estuvo esperando durante diez años el regreso de Giancarlo Alessi a su vida. Pero el hombre al que se había visto obligada a traicionar no estaba interesado ni en hacer preguntas ni en oír disculpas.
Ingratamente sorprendido al descubrir que Paige trabajaba como asistente personal de su madre, Giancarlo sintió renacer su sed de venganza. Obligó a Paige a trasladarse hasta la Toscana, donde la obligó a someterse a todas sus órdenes.


Y cuando Giancarlo descubrió que Paige estaba embarazada, no pudo evitar preguntarse si, en realidad, no era a ella a quien tan desesperadamente deseaba, y no la venganza.