Tanya
no podía decirle la verdad. Si lo hacía, todo el amor que Jake sentía por ella
podría convertirse en odio.
-No
te culpo por odiarme-dijo Jake-. Después de todo, te obligué a casarte conmigo.
Pero ¿entiendes por qué te digo todo esto? Tú has sido honesta y yo tengo que
portarme de igual manera
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