Mientras sus cuerpos se
entrelazaban en la oscuridad de la noche ¡una poderosa pasión amenazaba con
consumirlos!
Cuando Cleo Churchill se
cruzó en el camino de Khaled bin Aziz, sultán de Jhurat, se quedó al instante
hipnotizada por su físico de guerrero, su imponente presencia y su intensa
mirada. ¿Pero qué podía querer un sultán de una mujer corriente como ella?
Cleo era exactamente lo que
Khaled necesitaba: una esposa conveniente y hermosa que le ayudara a sacar a su
país de la miseria. Para lograrlo, le ofrecería diamantes y riquezas, pero nada
más.
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