El día de su boda con Julia debería haber sido el más
feliz en la vida de Ben Carreras. Y lo fue, hasta que una antigua novia
apareció en el banquete diciendo que el niño que llevaba en los brazos era hijo
suyo y amenazándolo con darlo en adopción si no aceptaba su custodia.
Ben no podía negar que el niño era suyo y tampoco podía
negarse a cuidar del pequeño. Pero, ¿cómo iba a decirle a su reciente esposa
que, a partir de entonces, eran tres en la familia? Solo podía esperar que su
amor fuera lo suficientemente fuerte como para soportar ese inesperado regalo
de bodas...