Con sus espectaculares ojos verdes y su cabello negrísimo él
parecía una pantera. Se decía que era aficionado a la caza de mujeres. Pero
también se decía que acostumbraba abandonar con gran facilidad a su presa,
quien allí quedaba sangrando.
A Morgain nadie necesitaba contarle nada. A ella le bastaba
una mirada para entender todo. Él se asombró cuando supo que en el avión ella
sería su mecánico y piloto. Y ella quedó paralizada cuando supo que él sería su
pasajero. Pero él estaba encantado de capturar una nueva presa. Pronto se
encontraría con una nueva sorpresa.
Si Gareth era ostensiblemente bello, Morgain no le iba en
zaga. Ella tenía un cabello color miel, hermosos ojos azules y el rostro de un
ángel.
Ella se juró en silencio que sería la cazadora en lugar de
la presa.
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