Zack
Bailey tenía la firme convicción de no caer jamás en la trampa del matrimonio.
Bastante tenía con tener que aparecer como estrella invitada en aquel programa
de televisión para mujeres.
La
guapísima presentadora tenía tan mal genio que fue la gota que colmó el vaso
para que Zack decidiera alejarse de las mujeres para siempre. Pero cuando de
pronto entre ellos empezó a surgir una extraña química, Zack comenzó a ver a
Megan Danbury de un modo muy, muy diferente. Quizás después de todo estuviera
listo para llegar al altar con aquella preciosidad…
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