Desde
el primer momento en que la vio supo que tenía que poseerla. Sin nombres, sin
ataduras, sin volver a verla nunca...
Era
día de retribución para el Príncipe Nicolo Barbieri. Las negociaciones del
aristócrata italiano para hacerse con el banco SCB de Manhattan estaban a punto
de dar frutos. Pero no esperaba ver a Aimee Black, nieta del actual dueño del
banco... ¡y que estaba embarazada de Nicolo!
Nicolo
sentía la obligación de casarse con Aimee y darle su apellido a su hijo. ¡Pero
Aimee tenía otras ideas acerca de rendirse a este extranjero arrogante, que
seguramente no la amaba!
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