Aquella seducción los
llevaría por todo el mundo… y finalmente a la cama
Nada más ver a la bella
Clea Chardin, Slade Carruthers supo que tenía que hacerla suya. Pero, si Clea
quería meterse en su cama, tendría que hacerlo con las condiciones que él
pusiera…
Clea no era la mujer
que todo el mundo creía, pero la imagen le servía para mantener a distancia a
personas como Slade. Llevaba toda la vida poniendo a prueba a los hombres para
evitar que le rompieran el corazón. Pero estaba a punto de encontrar la horma
de su zapato…
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