Juntos podían formar el
mejor equipo
Tras la muerte de su
hermano y su cuñada en un accidente, Addie Caine se convirtió en tutora legal
de sus sobrinos, un niño de seis años y una niña de cinco meses. Aunque cuidar
de ellos era una experiencia maravillosa, también era agotadora y cuando un
hombre guapísimo, Giff Baker, fue asignado como nuevo jefe de proyectos en su
oficina, Addie lamentó no tener tiempo para romances. Sin embargo, Giff parecía
muy interesado en ella. ¿Sería eso parte de su trabajo o de verdad estaba
enamorándose?
Giff debería estar
vigilando a los empleados, no buscando una novia y mucho menos una que ya tenía
familia. Salir con una mujer a la que estaba investigando no era buena idea y,
sin embargo, se apuntaba alegremente a todo tipo de aventuras: desde cambiar
pañales a dar lecciones de pesca a un niño de seis años. Algo en Addie hacía
que quisiera formar parte de su equipo… y para siempre.
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