Aquel
supuesto príncipe había llegado del extranjero… con intención de vengarse de la
Casa Real.
Adam
Ryder era millonario por derecho propio, y siempre había sabido que era hijo
ilegítimo de un príncipe de Niroli.
Elena
Valerio nunca había permitido que su ceguera la frenara a la hora de hacer lo
que deseaba. Ahora se sentía muy atraída por Adam…, y el hijo de éste, un chico
encantador, necesitaba una madre.
Elena
amaba Niroli con todo su corazón y, si Adam se casaba con ella, tendría que
olvidar sus planes de venganza.
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