La
línea sucesoria al trono de Niroli parecía agotada… hasta que un príncipe del
desierto exigió lo que era suyo.
El
jeque Kadir era el príncipe de un reino oriental, pero también el último
heredero al trono de Niroli; y debía encontrar una reina.
Natalia
Carini amaba Niroli con todo su corazón. En su opinión, el nuevo soberano era
un invasor… que además la reclamaba como esposa. Sin embargo, la idea de
compartir la cama de aquel bárbaro le provocaba una excitación completamente
nueva para ella.
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