No
había un hombre en el mundo a quien Alix odiara tanto como a Pierce Martineau.
La había seducido cuando era una jovencita inexperta, y se había servido de
ella para vengar una afrenta familiar. Cuando el destino lo volvió a poner en
su camino. Alix era una mujer perfectamente capaz de defenderse. Sólo había un
problema: la atracción que de forma irrefrenable la empujaba hacia su peor
enemgio.
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