Fue
como si nunca se hubieran conocido. Para Zoe, los recuerdos de su amor eran
preciosos; pero, desde el accidente, Ross no la recordaba, ni siquiera se daba
cuenta de que existía. Pese a la oposición de los padres de él, Zoe sabía que
su única oportunidad para ser feliz era enfrentarse a Ross. El empleo en la
exuberante isla de Mariposa, donde seguramente se encontraría con Ross, fue una
jugada desesperada.
¿Qué
haría Zoe si él no la reconocía? ¿Y por qué se había vuelto él tan cínico?
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