Apta como niñera… ¡pero no
como esposa! Amy Bannester era una niñera sin pelos en la lengua, a la que
parecía olvidársele que la servidumbre y el silencio debían ir de la mano, pero
al jeque Emir se le ocurrían alternativas mucho más placenteras para sus
seductores labios… A pesar de la arrebatadora pasión que ambos sentían, las
leyes de aquel reino del desierto llamado Alzan hacían imposible que Amy se
convirtiese en reina. Emir había perdido a su primera esposa poco después del
nacimiento de sus dos preciosas hijas gemelas, pero necesitaba un heredero varón
para continuar con su linaje, y aquello era lo único que Amy no podía darle…
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