Encadenada con seda y joyas… Desde el otro
lado de la discoteca, el guardaespaldas Zahir El Hashem vigilaba a su
protegida. El corazón se le aceleró. La joven se contoneaba con sensualidad en
la pista de baile. A lo mejor llevar a la princesa de vuelta a su país no
resultaba ser tan fácil… Soraya Karim siempre había sabido que algún día iba a
tener que cumplir con sus obligaciones reales. Aferrándose a la última pizca de
libertad que le quedaba, hizo todo lo posible por retrasar el regreso a
Bakhara. Y la atracción entre ellos llegó a un nivel irresistible, peligroso.
Una vez llegaran a las puertas del palacio, su romance sería prohibido. Solo el
deber podía prevalecer…
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