«¡Dime que eres inocente!»
La desesperada súplica de Taylor Benning abrasó el
corazón de Hugh. Lo único que tenía que
hacer era reconocer que lo habían acusado siendo inocente. Sabía que a ella le bastaría una palabra para
lanzarse a sus brazos y admitirlo de nuevo en su cama...
En el pasado habían estado tan unidos como dos seres
humanos pueden llegar a estarlo. Pero,
¿cómo olvidar que ella le había fallado años atrás, que en nombre del amor
seguía traicionándolo al ocultar la verdad sobre su hijo?.
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