Adam
Trent no había cambiado. Seguía siendo ambicioso y atractivo, y estaba
convencido de que podía volver a formar parte de la vida de Carolyn con tanta
facilidad como había dejado de hacerlo nueve años atrás. En aquel entonces, su
rechazo había dejado a Carolyn sumida en la más absoluta de las tristezas, pero
ahora era mayor y más sabia. Trabajaría con Adam, ya que no le quedaba otro
remedio, pero le mantendría a una distancia prudencial. El problema estribaba
en que Adam era un hombre demasiado persuasivo, y en cuanto a sus besos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario