El amor podía ser el juego más peligroso de todos
Holly Reynolds fue a Tijuana en busca del
reloj de una amiga. No lo recobró, pero después de tener que soportar varias
proposiciones groseras, de provocar una pelea en un bar de mala reputación y de
ser salvada por un rudo individuo llamada MacKenzie Donahue, a Holly dejó de
preocuparle el reloj. Lo único que quería era regresar cuanto antes a los Ángeles.
Pero allí tampoco estaba a salvo. Iba a verse
involucrada en un asunto peligroso sin siquiera saberlo. Mac quería protegerla,
pero estaba atrapado entre dos fuegos, y sabía que no iba a poder evitar que
Holly sufriera.
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