Tal
vez ahora la felicidad estuviese al alcance de sus manos…
Solo
una llamada de emergencia podía hacer que Lainey Morgan regresara a su pueblo.
Había huido de allí dejando al hombre al que adoraba plantado en el altar. Pero
ni siquiera su fama mundial como fotoperiodista lograba borrar el dolor que
sentía por la pérdida del bebé por el que Ethan Daniels había estado a punto de
casarse con ella. Aun así, él era el mejor veterinario de la zona, y el perro
abandonado que se había pegado a ella necesitaba atención. Casi tanto como
ella…
En cuanto a Ethan,
Lainey estaba volviéndole loco de nuevo, y diez años separados únicamente
habían servido para que la deseara más
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