La venganza nunca había sido tan dulce…
Melodie Parnell era tranquila y contenida, pero siempre
había querido sentir una pasión incontrolable. Y creía haberla encontrado en la
cama del atractivo Roman Killian, pero, después de haber hecho el amor con él,
había tenido que volver bruscamente a la realidad al enterarse de que sus
verdaderos planes habían sido… ¡destrozarle la vida!
Roman no había planeado sentir la necesidad de calmar el
anhelo que había en los ojos azules de Melodie. Convencido de que esta había
sido enviada por su enemigo, había pretendido castigarla. Pero ella era
inocente y tenía que cambiar de plan. ¿Sería posible que sus votos de venganza
se convirtiesen en votos de matrimonio?
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